lunes, 16 de noviembre de 2015

Concurso de taller


Toca concurso de taller!
Taladro, tornillos, estaño... Cualquier cosa vale con tal de montar la pieza más original. Y la competición va a ser dura, por que el premio no es moco de pavo:

Imagen no real del premio. El de premio no duró lo suficiente como para hacerle
una foto.
Así que en estas estábamos. Varios días para pensar, y solo dos horas para hacer. El problema con esto es que las cosas no suelen salir como se planean. Pero una vez vencidos los contratiempos, las cosas que no encajan, piezas que se rompen, quemaduras leves y maldiciones, tenemos tres finalistas!



La estantería ICT

Un clásico. Una estantería es el primer proyecto que todo buen manitas ha hecho. El primer equipo hizo uno de esos proyectos: Una estantería de tres baldas.

El diseño es sencillo, pero bastante robusto. Tres paneles de madera van atornillados a o
tro perpendicular. La diferencia de tamaños entre los paneles y la colocación irregular le da un toque moderno. Además, unas letras hechas con alambre y soldadas con estaño le dan un toque de color.



Capacidad para 16 libros 
(32768 si van en un ebook)

El coche de alambre

Un montaje vistoso, desde luego. Este equipo se decidió por el estañador, y a base de soldar trozos de alambre, recreó la silueta de un coche.

              






 Con elevalunas eléctrico.


La guitarra

En mi equipo quisimos probar algo un poco más arriesgado: Una guitarra.
Utilizamos más materiales, como madera, metal y gomas. Y eso implicaba más trabajo. Algo que nos ayudó bastante fue tener claro lo que íbamos a hacer y como podíamos hacerlo, y el hecho de haber buscado unos buenos materiales con antelación.
SPOILER: Nos comimos la tortilla.
El mástil es una barra de hierro de origen desconocido que hubo que taladrar por ambos lados: por uno para anclar las clavijas, y por otro para unir a la caja.
La caja de resonancia está hecha a partir de dos cuberteros de madera, con agujeros para el puente y para la boca.

















Primeros bocetos de la guitarra.

Una plancha metálica da estabilidad a la unión entre la caja y el mástil, ya que era el punto más frágil del montaje.
Unas simples gomas hacen las veces de cuerdas, que sonar, no es que suenen mucho, pero le dan un acabado bastante interesante.
En un primer momento, le añadimos también un traste, soldando una pieza metálica a el mástil, pero no era todo lo estable que nos hubiera gustado, y terminó por soltarse.










El puente. Derecha: El mástil.


Al final, nos llevamos nosotros el premio. Si de algo estoy seguro es de que, más allá del trabajo en el taller, lo que más nos ayudó fue sentarnos a pensar y llevar una idea clara y planeada, antes de coger las herramientas.


Sergio presumiendo de guitarra.